Días atrás, se viralizó un video en el que podía verse cómo un automóvil de alta gama de color blanco transitaba por la ruta 11 y la ciudad sin una rueda. El hecho provocó la intervención de la policía, que descartó cualquier tipo de irregularidad más allá de la que, se sospecha, se produciría en la mente de su dueño.
Intentar cambiar la goma. Pedir ayuda a otra gente. Caminar hacia un sitio cercano. Detenerse y esperar el servicio de auxilio… Una grúa tal vez. Todas esas acciones, y algunas más, son las que el 99,9 por ciento de los conductores lleva a cabo cuando se pincha la cubierta de un vehículo en pleno viaje. Sin embargo, se dice que siempre hay una excepción a la regla, y el sábado pasado la correspondiente a este ejemplo quedó registrada en Mar del Plata.
¿Cómo? Como ocurre hace, por lo menos, una década. Uno de los testigos del hecho grabó un video que luego se viralizó y hasta llamó la atención de la prensa: las imágenes muestran a un BMW de color blanco que circula por la ruta 11, en sentido Pinamar-Mar del Plata, sin una cubierta. Sí. Con tres ruedas y una llanta.
El insólito episodio pareció gracioso y, en simultáneo, sospechoso. “¿Quién puede tomar la decisión de manejar así?”. “No puede ser el dueño… No va a romper un auto de alta gama porque sí”. “Debe ser robado”. “¿Será una apuesta?”. “¡Qué misterio! Estará drogado o borracho”. Cualquiera de esas frases aplica a los pensamientos que muchos tuvieron al ver la filmación. Y como de suponer no se trata el periodismo, ni de dar a conocer todas las noticias sin ahondar en ninguna (como desafortunadamente parece haberse instalado en la posmodernidad), LA CAPITAL se abocó a la búsqueda del rodado y a reconstruir la historia que revelase por fin su misterio.
El BMW 140 se encuentra estacionado en Constitución al 4000 desde el 2 de enero. Ese día, según los testimonios recogidos por este medio, dos jóvenes arribaron a bordo del mismo provenientes de Pinamar. Llegaron a través de la ruta 11 y circularon por la entrada de Mar del Plata hasta la estación de servicio ubicada en el cruce de esa avenida y la costa.
Algunos dicen que quisieron cargar nafta y otros que no. Lo que sí fue confirmado es que personal policial de la comisaría séptima que se hallaba en un patrullero apostado en las inmediaciones observó la situación y decidió intervenir. Al entrevistarse con los jóvenes, los efectivos solicitaron la documentación de ambos y del vehículo. A pesar de la extrañeza del suceso, comprobaron que no existía ninguna irregularidad legal.
Es decir, los hombres no tenían impedimento para circular y el automóvil estaba en regla. Entonces, ¿por qué andaba sin una rueda? La respuesta del conductor fue escueta y sencilla: “Tuvimos un problema con el seguro y lo vamos a dejar acá hasta que lo arreglen”. No dio más detalles.
Y así fue: tras finalizar la charla con los policías, estacionaron frente a un local de elaboración y venta sushi y se retiraron del lugar. Con el inicio de la semana, se presentaron allí inspectores de Tránsito y le labraron una multa por estar 10 centímetros adentrado en el espacio de aparcamiento que se le reserva al banco que linda con el comercio gastronómico.
Horas después, arribaron dos mujeres que comenzaron a tomarle fotografías al vehículo. Uno de los comerciantes de la zona las consultó sobre el asunto y le dijeron que eran empleadas de la agencia de seguros contratada por el dueño del BMW. Acto seguido, también se fueron. Pero el auto sigue ahí.
“Es increíble que lo hayan andado así. ¡Y encima por la ruta! Le comieron dos centímetros fácil a la llanta… Deben tener mucha plata, sino no se explica”, manifestó, asombrado, uno de los testigos con los que dialogó LA CAPITAL. Y a, su vez, esbozó una hipótesis: “Deben haber pinchado la goma o se fueron a la banquina en la ruta y después siguieron, porque está todo lleno de pasto el radiador y también el guardabarros”.
La teoría del hombre no es descabellada, debido a que algunos de los modelos de BMW como ese no cuentan con rueda de auxilio, por lo cual el “problema con el seguro” puede haber sido la demora o directamente la falta de prestación del servicio de ayuda y acarreo en la ruta. Lo extraño, claro, es que los viajeros hayan decidido, igualmente, seguir su rumbo sin medir las consecuencias.